La piedra es uno de los materiales que más se han utilizado para la construcción a lo largo de la historia. Aporta durabilidad, insonorización y protección térmica y tiene como ventajas las buenas características mecánicas.
El acabado del revestimiento debe ser compatible con el material original, sin reducir su capacidad de resistencia inicial tras una larga exposición a un ambiente determinado. También la textura o el color pueden cambiar con la acción de los rayos ultravioleta o en contacto con atmósferas contaminantes, lo cual quiere decir que se debe contar con la opinión de expertos para la elección de las mismas.